Son las 3:10 de la madrugada, hace 190 minutos se fue Febrero y llegó Marzo, hace unos 80 minutos debería haberme dormido, pero acá estoy, con este trastorno de sueño que me tiene a mal traer, no puedo dormir porque hay demasiadas cosas que me mantienen despierto, mi cuerpo funciona según los vaivenes de mi mente, la misma que es inquieta, dispersa, que se prende por ratos y me bombardea con cosas que me creo y soy capaz de hacer, de las cuales solo realizo la mitad, solo realizo lo posible, para lo imposible están los grandes esfuerzos y vaya que se de aquellos grandes esfuerzos. Esta mente a veces se apaga, y así como se apaga le pone off al cuerpo, no hay funcionamiento alguno, me gustaría tener una hora de apagado, así dormiría mejor y podría desconectarme cuando la ansiedad nubla mi cabeza.
Son las 3:19 y debería estar durmiendo en vez de contar esta historia que a nadie le interesará porque es inconexa, dispersa y casual, tengo ganas de dormir, pero más ganas tengo de despertar de este letargo, de este período de sequía donde busco agua y no encuentro, tengo sed, quiero volver a trabajar, quiero volver, la primera semana de este año dije que este sería el año de los regresos, pues bien, ese año de los regresos tiene como subtítulo el año donde la paciencia tendrá sus frutos. Confieso que no hay día que no vea esos regresos, sueño con cada uno de esos regresos, pero cómo se puede regresar a algo si ya avanzaste? Todo regreso requiere volver a un punto establecido, cuando restauras sistema en el computador retornas al estado que tenía el equipo en fecha equis y yo no puedo volver al estado en el que estaba hace dos semanas, ni al que estaba hace seis meses, ni aunque quisiera con mi vida, no puedo volver al estado en el que me encontraba hace catorce meses.
No, no se puede regresar, el sueño tampoco vuelve, ningún regreso es posible, pero si es posible simularlos, mentirnos para creer que podemos volver, lo hacemos sin asco, sin pudor, porque nos gustan las mentiras con buen sabor, no se puede regresar, porque odiamos reconocer que nos volvemos viejos y que esos regresos son un reencuentro con las situaciones que deseamos pero con más experiencia en el cuerpo, con más historias, con más heridas y con más ansias, con distintas espectativas, con confianzas por construir, con mucho trabajo por delante. Hablemos mejor de reencuentros, hablemos mejor de premios a la paciencia, de oportunidades nuevas, de nuevas situaciones cero, de nuevas realidades por construir, hablemos mejor de historias nuevas, pero con cuerpos y almas conocidas en sus fundaciones y concepciones, pero con una infinidad de detalles por construir, hablemos de valentía y atrevimiento, de perseverancia, hablemos de llegar después de sufrir una condena terrible como la de Prometeo, el titán que desafió a los dioses, hablemos de cruzar la línea y de hacer lo humanamente posible por permanecer ahí, por construir sobre ese nuevo punto cero.
Ni el sueño ni el tiempo vuelven, soñamos y vivimos cosas nuevas (gracias Capitán Obviedad) encontramos razones nuevas o reforzamos las que teníamos, hacemos lo posible en la medida del deseo por llegar donde queremos y siendo honesto, mi problema no es el sueño, yo no sufro de trastorno de sueño, padezco de Trastorno de tiempo, de tiempo y espacio, quiero saltarme todo y llegar ya donde quiero, sufro de ansiedad, pero sé que no hay un diagnóstico ni menos un remedio para el trastorno de tiempo, eso solo yo lo sé, por ahora me conformo con la escusa de decirle al mundo que sufro de un trastorno de sueño, es más sencillo y socialmente aceptado, existen fármacos para ello, me rehuso a tomarlos, me niego a ser dopado por otra droga que no sea el deseo por estar bien, me niego a entregarle mi voluntad de descansar a un fármaco, me niego a aceptar escusas, no las puedo aceptar cuando estoy lleno de razones, más cuando la clara omisión que he hecho en esta historia se encuentra ahí, caminando hacía ese punto de reencuentro, hacía el nuevo estado cero, estoy lleno de deseo, pleno de pasión, tan grande y desbordante que me genera un grave trastorno de tiempo, tan incomprensible que termina en un producto de diagnóstico médico express y acá es donde me gustaría tener un doctor que le diera a mi mente una licencia médica porque el facultativo sabe que sufro trastornos de sueño y necesito descansar.
Mi cuerpo descansa, pero mi mente sigue trabajando y sigue acercándose a los lugares donde estaré, el cuerpo repone energías porque le espera un camino cuesta arriba, mientras mi mente divaga no sé como terminar esto, ya son las 3:57 y recién siento algo de sueño, el trastorno es real, pero no necesito de un médico para conocer la cura, el remedio temporal es la paciencia, el definitivo ya viene, cierro mis ojos, le agradezco a mi cuerpo por otro día, mientras termino esto de la misma forma como lo comencé, sin ninguna idea hacía donde va. Buenas noches, cuídense de los problemas de sueño, yo no lo hago, porque simplemente vivo soñando.